Hola! Soy Lalita y casi siempre estoy ocupada. Como me quedaban unos blancos en la agenda que podría llenar con “vivir”, empecé a colaborar en un blog. Mi meta, aparentemente, es estar siempre haciendo algo. Trabajo; no es que me deslome, para ser sincera, pero me gusta lo que hago y soy dedicada, prolija y cumplidora. Otros años he trabajado más, mucho más... El trabajo fue mi obsesión durante un largo tiempo. Pero después de un par de desencantos, me desmotivé. Además apareció un "trabajo" mucho más interesante, más placentero y muchísimo más exigente. Fui mamá. Dejé de ser yo durante un largo tiempo para ser "la mamá de". Y no es que no me guste, ojo! Pero no hay nada más despersonalizador que ser madre. Te olvidás hasta de las ganas de hacer pis cuando tenés un bebé que cuidar.
Antes de que mi hijo naciera yo ya había comprado desde lo obvio, como ropa y pañales, hasta tapas de seguridad para los enchufes, trabas para los cajones y salva dedos para las puertas!!!! Eso es obsesivo!! Hice pintar toda mi casa, cosa que le atribuí al síndrome del "nesting", que según leí, es normal en las futuras madres preparar la casa para la llegada del bebé. Porque también estudié para ser madre. Leí cuanto libro sobre bebés, embarazo, lactancia y futuras mamás encontré por ahí. Y puedo asegurar que nada, nada de lo que leí, se asemeja a la experiencia propia. El obstetra me decía en broma, pero intentando calmarme como objetivo real, que yo no iba a control con él, sino que yo iba a controlarlo a él. Tengo un cuaderno con todas las preguntas que se me ocurrían para hacerle entre control y control. El listado de estudios y análisis que tenía que pedirme en cada semana de embarazo. Una carpeta foliada con cada estudio, ecografía, prospecto de medicamentos y vacunas. Sí, lo sé; pobre hombre!!! Y no
sólo lo torturé a él, sino que intercoslutaba con mi pobre primo médico todo el tiempo!!!! Pero menos mal que hice eso; porque cuando armé mis petates y me fui a tener a mi hijo a otra ciudad, y tuve que cambiar de obstetra a 15 días de la fecha de parto, yo era una historia clínica ambulante. Hay que reconocer que mis T.O.C., a veces, son muy útiles. Por suerte, mi hijo se atrincheró en mi panza 10 días más y me dio tiempo de acomodarme y de hacer un nuevo "nido", uno provisorio. Sí, me mudé, ordené, limpié y organicé un nuevo hogar a 15 días de ser madre para que mi bebé naciera cerca de su papá. Tan obsesiva soy, que entré a pre- parto con la ley de parto humanizado impresa, y exigí durante todo el proceso que se cumpliera!
Y llegó mi hijo, y me hizo la mujer más feliz sobre la tierra. No hay sensación que se compare al momento en que mirás a tu hijo por primera vez. Esas manitos nunca dejan de sentirse apretando tus dedos, como si fueran lo que lo mantienen atado a este mundo. Y justamente eso, se convirtió en mi nueva obsesión...
Yo tenía que hacer que no llore, que no tenga hambre, que no tenga frío, que nada le duela; darle su baño de cada noche, la teta cada tres horas, los controles, el peso, retratar y filmar cada nuevo gesto, sonido o movimiento que hiciera. Mantener al tanto de su crecimiento por mail con fotos incluídas, a todos los que estaban lejos. Empecé a escribirle un diario, para él, para cuando sea grande, con todo lo que hacíamos cada día. Al principio escribía todos los días, después fué mermando la frecuencia y ahora sólo escribo muy cada tanto y lo resumo en algunas anécdotas memorables. La obsesión por las fotos todavía no se fué; pero eso es algo que hice siempre. Tengo muchas fotos y las miro bastante. Me gustan las fotos; me gusta la fotografía en general. Por eso podría no ser un T.O.C. y ser simplemente un hobby o afición...Me lo dejo pasar!
Y mi hijo fué creciendo, con sus necesidades obsesivamente cubiertas por mí. Y empezó el jardín maternal, después el preescolar y ahora primer grado. Y aunque todavía es chico y sé que me necesita, ya no me necesita tanto como para que mi obsesión por mantenerlo a salvo, feliz y creciendo con todo lo que necesita, y más; me ocupe todo el día. Hay momentos en los que me puedo relajar. O podría relajarme… Pero no, no sé cómo se hace!! Entonces hago otras cosas. Volví a estudiar y pensaba empezar despacio, hasta recuperar el ritmo. Pero no pude con mi genio, y ahora estoy sobrepasada con 8 materias en el segundo semestre!! Y asombrosamente, me está yendo muy bien. Parece que yo funciono así, bajo presión!
Además de criar un hijo, trabajar y estudiar; cualquiera que haya visitado mi casa sabe que siempre está impecable - aunque yo diga que no es así; lo reconozco, mis estándares de orden y limpieza son muy altos- Hoy no tengo ni una media para doblar. Todo el planchado y el lavado al día. Comida casera, sana y nutritiva todos los días. Ni una cucharita en la pileta para lavar. Sólo la copa del vino que me estoy tomando mientras escribo, que será lavada antes de acostarme. Tengo que reconocer que a veces, cuando la señora que viene una vez por semana -a limpiar sobre lo limpio- se va, yo sigo limpiando. Y otras veces me he sorprendido al encontrarme limpiando a la par de ella. Casi como si invitara a una amiga a tomar mate, pero a ella la invito a limpiar...
Siempre estoy arreglando algo, buscando muebles, haciendo alguna cosita para que mi casa esté como yo quiero que esté. Y siempre con las puertas abiertas para recibir visitas, alojar amigos o familia. Acá siempre nos acomodamos, como sea. Ahora estoy pensando en pintar otra vez. Ya cambié unos cuadros de lugar, mandé a tapizar el sillón y compré unas cositas que hace tiempo tenía vistas. Nunca termino de armar mi nido, siempre me queda algo por hacer...
Los ratos libres nunca están libres. El fin de semana duermo un poco más, pero después siempre hay algo que hacer. Y si no hay nada que hacer, seguro lo paso mal!!!
Además funciono muy bien como gestora. Siempre van a encontrar en mí la predisposición para hacerles cualquier trámite. Y yo me voy a hacer del tiempo para hacer cualquier gestión que se me pida. Lo que sea, para quien sea. Acompañarte al médico, ir al banco, conseguirte algo, comprar regalos, organizar cualquier evento. Te ayudo a mudarte, te cuido los chicos, te llevo, te voy a buscar, te pago las cuentas, soy tu personal shopper, te hago las manos, etc. Me ofrezco voluntariamente. No es un reproche, me encanta, lo hago de buena gana y contenta de poder ayudar. Además, descubrí que es otra excusa mía para estar siempre haciendo algo. Para estar ocupada. Para no parar...
Y si les cuento que lo que motivó toda esta reflexión es que acabo de recordar que la última vez que fui al video alquilé dos películas, una para ver con mi hijo y una para mí. La primera la vimos juntos el mismo sábado. Una de piratas, muy linda y muy infantil -como todo el cine que veo hace seis años- Y la que alquilé para mí, que ni me acuerdo cómo se llama, pero sé que es de amor, la devolví unos ocho días después. Porque es el tiempo que me llevó disponer de dos horitas, como mucho, para exponerme a una caja boba donde sé que me van a hablar de AMOR...
Y así, con la simpleza de una deuda en el video club, me doy cuenta de que mi vida se trata de esquivar, igual que a la película que habla de él, al amor...Hacer, hacer, hacer...Para no pensar, para no decir, para no sentir, para no decidir! Para no avanzar. O para avanzar, pero sola...Bueno, lo de no pensar es relativo, porque mientras hago y hago, igual pienso. Pero hoy digo! Hoy siento! Pero todavía no decido, no puedo. Todavía me quedan muchas cosas por hacer...
excelente !!!!
ResponderEliminarpuff!! me agote solo de leerte, relax darling!! me paso lo mismo el otro dia que lei un dia en la vida de Maru Botana jajajja lleva su tiempo disfrutar pero se puede, yo soy lo opuesto, despues te cuento, welcome!!!
ResponderEliminarTe imaginarás que si llego a tener tantos pibes como Maru Botana termino con chaleco de fuerza! No estoy muy lejos, y tengo uno sólo!
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