Cuando te crías en un pueblo te acostumbrás a escuchar cosas sobre vos, que ni vos sabías. No tengo intenciones de naturalizar esa maldita costumbre del puterío barato, pero sí de darles algún que otro tip para sobrevivirlo estoicamente.
Es que cuando una es chica, inexperta y bastante más boluda que ahora, esas cosas te joden. Si lo permitís, te aniquilan la confianza, te debilitan la personalidad y te dinamitan la cabeza - o la parte de ella que usás en la adolescencia- que convengamos, es bastante limitada.
¡OJO! Que no digo que sea sencillo que aún virgen, el inconsciente colectivo te vea en orgías y fiestas negras. Pero justamente ahí está la clave del éxito. Es que existe una realidad paralela elaborada por mentes pequeñas, de gente pequeña, con vidas pequeñas, de las que nunca nadie va a hablar; que se dedica a fantasear con vidas ajenas. Por supuesto, mucho más interesantes que la de ellos.
Te das cuenta que esto ocurre cuando demasiada gente de la que no tenés ni registro, sabe quién sos. Sí, sólo sabe quién sos, tu nombre más alguna referencia (real o producto del inconsciente colectivo, no les interesa). Porque conocerte, lo que realmente significa conocerte, no te conocen. Pero aún así, se toman la atribución de "opinar" sobre tu vida. Gente por demás prejuiciosa, que suele nombrarte anteponiendo un artículo a tu apellido -en el peor de los casos anteponen un artículo y un adjetivo, siempre peyorativo como gorda, puta, o una combinación de éstos-
No sé si les ha pasado alguna vez, conocer a alguien y con el correr del tiempo te dicen, a modo de confesión:- "Yo no te bancaba". Pero ¿cómo, si no me conocías, cómo podías no bancarme? O peor aún, te tiran un: "Boluda, yo te odiaba". ¿WTF? Pero loca, no me conocías. Y entonces te salen con que la hija de la prima de su amiga le contó, que el novio de la sobrina de su vecina, la dejó por tu culpa. Ahora; ¿qué culpa tengo yo de que el pibe sea imbécil? O ¿qué culpa tengo de que la sobrina de la vecina de la prima de tu amiga sea infumable y el novio la haya dejado? Todo esto suponiendo que todo aquello sea cierto.
Pero es así; en los pueblos pasa y seguirá pasando aunque dejen de ser pueblos. Porque la gente no muta por el sólo hecho de ser más cantidad. Por eso, queridos lectores, si han sido o son, blanco de esas personas que hablan de uno anteponiendo un artículo a tu apellido, el mejor consejo que les puedo dar viene desde la experiencia. Yo, después de mi cuarto embarazo antes de los 16 años, dejé de preocuparme por la mirada -y la lengua bífida- del otro. Me dí cuenta que nada puedo yo hacer al respecto. Porque la mirada del otro, es problema del otro.
Si sabre yo de eso jajaja por suerte nunca me importo mucho!
ResponderEliminar